¿Ha destruido el smartphone a una generación?
AUTOR: Jean M. Twenge.
GÉNERO: Artículo.
FUENTE: The Atlantic. Enlace al artículo.
EDICIÓN: 2017.
IDIOMA: inglés.
LA CITA:
“Los jóvenes que pasan tres horas al día o más con dispositivos electrónicos tiene un 35 % más de posibilidades de tener un factor de riesgo por suicidio, tal como hacer un plan de suicidio […] Desde 2007, la tasa de homicidios entre jóvenes ha decaído, pero la de suicidio ha aumentado. Desde que los jóvenes han empezado a pasar menos tiempo juntos, han desarrollado menos probabilidad de matarse entre ellos, y más probabilidad de matarse a sí mismos.”
Si tienes hijos nacidos entre 1995 y 2012 (aproximadamente) la lectura de este artículo es más que recomendada, especialmente para adquirir conciencia de los problemas que esta generación está desarrollando y entender las consecuencias que pueden tener en la edad adulta.
El artículo, adaptado del libro de la autora iGen (podéis comprarlo en iberlibro mucho mejor que en amazon si lo vais a comprar por Internet), resume de una forma excelente la parte fundamental a la que se refiere este análisis sobre las consecuencias del uso inadecuado de la tecnología por parte de los más jóvenes. Sus conclusiones son devastadoras.
Jean M. Twenge es profesona de psicología en la Universidad del estado de San Diego (USA).
Tanto este artículo como el libro al que hace referencia están en inglés y no he encontrado traducciones al castellano. Para aquellos que no podáis leerlo aquí va un ligero resumen.
Una generación marcada por el smartphone y las redes sociales, tecnologías que han modificado su comportamiento y estados emocionales de una forma nunca vista antes.
El análisis al que hace referencia el artículo pone de manifiesto claramente como los dispositivos que hemos puesto en manos de los jóvenes están creando profundos efectos en sus vidas, y les están haciendo seriamente infelices.
Tienen más tiempo libre que la generación anterior (generación X), pero ¿qué hacen durante ese tiempo? Utilizar sus teléfonos.
Paradójicamente, pasan más tiempo bajo el mismo techo que sus padres pero difícilmente se puede decir que estén más cerca de sus madres y padres que sus generaciones anteriores.
Los resultados del análisis son demoledores. Los jóvenes que pasan más tiempo que la media en actividades con uso de pantallas tienen mayor probabilidad de sentirse infelices, y aquellos que pasan más tiempo que la media en actividades sin el uso de pantallas tienen mayor probabilidad de sentirse felices.
Es posible que los jóvenes infelices pasen más tiempo delante de las pantallas. Pero estudios recientes sugieren que el tiempo frente a pantallas, en particular el uso de redes sociales, causa efectivamente infelicidad.
¿Cuál es al conexión entre los smartphones y el aparente sufrimiento psicológico de esta generación? Debido a todo su poder para conectar chicos día y noche, las redes sociales también exacerban la clásica preocupación adolescente de ser dejado de lado, excluido, olvidado.
La tasa de depresión y consecuentemente de suicidios de esta generación también ha aumentado sensiblemente, especialmente entre las chicas.
En muchos casos el teléfono es la última cosa que ven antes de dormir y la primera que ven al despertarse. Llegando a utilizar lenguaje propio de las adicciones: “sé que no debería usarlo tanto, pero no puedo evitarlo”.
En el caso concreto de Facebook, dicha compañía podría estar sacando partido a través de herramientas para encontrar objetivos (personas/perfiles) en función de su estado emocional, si bien la compañía niega que esté ofreciendo este servicio a terceras partes, por ejemplo anunciantes.
Como ya sabíamos, la privación del sueño está ligada con la disminución en el rendimiento académico, lo que a su vez tiene graves consecuencias para el resto de la vida de una persona.
Más que ser una cuestión de prohibiciones radicales, deberíamos urgir a los jóvenes a utilizar sus teléfonos de forma responsable e inculcar en nuestros hijos la importancia de la moderación.
Me parece una lectura más que interesante. El libro completo tiene muy buena pinta. Acabo de comprar un ejemplar de segunda mano del que espero poder hablaros pronto.
Os recomiendo leerlo y tenerlo en cuenta. Que cada niño que veáis tenga un smartphone en la mano no quiere decir que su uso no sea tan malo, sino que la ceguera de quién permite que esto pase es tal, que ni siquiera sabe que tiene ojos y podría ver.