Publicado: 4 de mayo de 2025
El pasado miércoles 30 de abril de 2025 asistí a la presentación del proyecto de digitalización del colegio marista Nuestra Señora de la Fuencisla de Segovia.
El objetivo era presentar públicamente a las familias la metodología que se propone a través de dicha digitalización de las aulas y que, en este centro, ya se está desarrollando en algunos cursos.
El centro planea bajar la edad de implantación de esta metodología a quinto de primaria.
Por parte del centro en la presentación estaban, entre otros, el director, dos profesores del centro y un docente que vino desde el colegio San José de León.
La presentación, en la que en diferentes momentos intervinieron las diferentes personas presentes por parte del centro, nos informó sobre el modelo “híbrido/mixto” de uso de pantallas en las aulas.
Voy a describir y comentar brevemente algunas de las cosas que se pusieron de manifiesto a lo largo de las tres horas y media que estuvimos reunidos. Las frases expuestas no pretenden ser literales, pues responden a las notas que fui tomando durante la presentación. Sin embargo, reflejan claramente lo que sus diversos autores expresaron aquel día.
Las frases que forman parte de las listas no ordenadas corresponden a ideas expresadas por el personal del centro.
NOTA: desconozco si esto es cierto, pero personalmente tengo mis dudas con respecto a que esto explique que dichos “gurús” tampoco dejen que las personas que contratan para el cuidado de sus hijos utilicen sus teléfonos en presencia de los niños.
NOTA: no se menciona el tiempo que tardan en aprender a hacer búsquedas. No se especifica qué se considera una fuente fidedigna.
Cuando pregunté por qué quieren formar adultos “súper competentes digitalmente” que escriban con dos dedos, porque en ningún sitio se incluye el aprendizaje de mecanografía, el director me ofreció está respuesta:
COMENTARIOS:
NOTA: no voy a comentar todo. Sería muchísimo más largo y esto ya lo es demasiado.
El primer punto a destacar aquí sin duda, es el siguiente. Al poco de empezar la exposición, fascinados por las ideas expuestas sobre el conocimiento actual del cerebro que se estaba manifestando, varias personas del público no fuimos capaces de evitar interrumpir para hablar de las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría con respecto a los tiempos de consumo de pantallas de los menores por franjas de edad.
La respuesta fue, no recuerdo si con estas palabras exactas pero sí con este sentido exacto:
Nota interesante sobre la imagen generada con IA. El prompt fue exactamente éste: "Create an image in which a teacher is not letting a doctor enter their classroom." La IA ha puesto una mujer con actitud negativa y enfadada frente al pobre hombre médico que no sabe qué hacer. ¿Casualidad o sesgo algorítmico? Ya que estamos hablando de meter la IA en las aulas esta reflexión me ha parecido pertinente.
Sigo con el comentario a al respuesta del centro ante las recomendaciones de la AEP. Es tan intolerable como irresponsable por parte de quien trabaja en un centro educativo que se haga una afirmación así o se consienta no objetando nada. Es tan evidente que en nuestra sociedad el derecho a la salud está por encima de la elección de metodologías educativas que no me voy a molestar en buscar más legislación que ésta:
Constitución española, Artículo 43:
En un momento posterior de esta reunión, cuando yo mismo ya había puesto encima de la mesa los 4 libros (a modo de ejemplo) que llevé ese día, pregunté abiertamente y pidiendo sinceridad a los miembros del colegio presentes: ¿quién ha leído algo sobre los problemas de las pantallas para los niños? El silencio reinó como respuesta y después se cambió de tema.
Esta respuesta se vio refrendada posteriormente cuando ante la insistencia del personal del centro sobre el hecho de que consideran que esta metodología es la mejor posible, desde el público, los familiares de los alumnos, volvimos a preguntar en qué conocimiento basan esa afirmación. La respuesta fue clara: sobre nuestra propia experiencia. Exclusivamente.
Por tanto:
Es importante destacar que el conocimiento sobre desarrollo cerebral comparado entre generaciones con diferentes exposiciones a medios tecnológicos del personal del centro se basa en axiomas sociales y conjeturas personales dejando patente que no han buscado la más mínima información al respecto. Autores como Michel Desmurget, Catherine L’Ecuyer o Francisco Villar, entre otros, tienen una opinión clara: el proceso que conlleva el desarrollo de nuestros cerebros no ha cambiado en los últimos 30 años. Lo que sí ha cambiado es el resultado de dicho desarrollo a causa de una exposición disruptiva a medios digitales con consecuencias muy negativas que son mayores cuanto antes empieza la exposición en la vida de los niños y también cuanto mayor es dicha exposición.
Con respecto a esa afirmación que dice que es mejor usar libros y pantallas, tan insistente por parte de los centros que digitalizan, os dejo la opinión de Catherine L’Ecuyer publicada en El Mundo el 21 de marzo de 2025 y de la que destaco el último párrafo:
“El tercer estado mental que ha sido determinante para la digitalización ha sido el del tibio moderado. Para él, ni mucho ni tan poco, pues «todo es cuestión de equilibrio». Si las estadísticas de consumo apuntan a una cifra dada, la virtud consistiría en encontrarse en el punto medio entre esa cifra y la abstinencia. Entonces la meta no consistiría en buscar la excelencia, o en encontrar el sentido, sino en «evitar el abuso». Pero, como dice la catedrática de Ética Margarita Mauri, «no puede hablarse de la virtud como un vicio disminuido, o de éste como una exageración, por exceso o por defecto de la misma virtud». El tibio moderado entenderá por prudencia algo distinto de lo que es: silencio, tibieza o cobardía ante la actitud dañina; reducirá la templanza a una ley de mínimos, a un pacto con la mediocridad. Difícilmente logrará educar a sus alumnos o hijos en la vida virtuosa, pues desconoce en qué consiste: en el ejercicio de una disposición estable que permite escoger lo más excelente desde la prudencia, la fortaleza y la templanza. Crecer con un dispositivo diseñado para la adicción y la dispersión no parece ser el mejor medio para lograrlo. En definitiva, si queremos llevarnos una lección del error de la digitalización, convendría adoptar una actitud atemporal, aspirando a lo que ha sido, es y siempre será una buena educación.”
Durante la exposición de los docentes, quienes creo que se dedican a su alumnos con el mayor de los cariños y están plenamente convencidos de que hacen lo mejor que se puede hacer por ellos, me parece importante destacar:
Me temo que no puedo estar de acuerdo. Resulta curioso que hayamos olvidado lo que se puede hacer con un cartón o una sábana pintada (con respecto a lo del telediario, por ejemplo).
Sin embargo, no se hace una evaluación ni aproximada del tiempo de exposición a la pantalla por parte de los alumnos ya que no se contempla que la pantalla pueda tener efectos negativos en función del tiempo de exposición.
La mención a la reducción del ruido en las clases prefiero dejarla sin comentarios.
El empleo de Inteligencia Artificial en las aulas, así sin más apreciación que valorar positivamente la delegación de las tareas de interacción con el alumno y la corrección de ejercicios (aunque no sea total) me parece, como mínimo, arriesgado e incluso negligente. Veáse, por ejemplo el comentario sobre la imagen generada con IA varios párrafos más arriba. Además, cabe mencionar el peligro que resulta esta interacción para los alumnos en materia de privacidad que se suma a la absoluta pérdida de privacidad que ya sufren por utilizar tecnologías que recopilan grandes cantidades de datos que el proveedor de servicios (en este caso Microsoft, pero lo mismo podemos decir de otros como Google o Apple) utilizará para su beneficio económico y en detrimento de los intereses de los menores.
No voy a repetir toda la parte que tiene que ver con la privacidad ya que está expuesto dentro del artículo anterior de este mismo blog: parchís o ajedrez.
Con respecto a este comentario concreto: “Es enriquecedor interactuar con una IA porque para ello es necesario estructurar el lenguaje adecuadamente.” Solo tengo una respuesta: es mucho más enriquecedor interactuar con un profesor (y en general con cualquier adulto) que esté dispuesto a ayudarte a mejorar la forma en la que se estructura el lenguaje para aprender a expresar adecuadamente las ideas que queremos transmitir.
Es absolutamente significativo que los docentes indiquen que si en los últimos cursos de primaria los alumnos no empiezan a usar medio digitales luego en primero de ESO necesitan tres semanas para aprender a hacerlo. Se observa esto como una desventaja ya que no se tiene la más mínima información acerca de las desventajas que tiene usar pantallas en edades tan tempranas. Lo que sí queda patente es lo que también manifiesta la literatura científica sobre esta materia: los niños aprenden a usar estas tecnologías rápidamente cuando realmente tiene sentido que las usen por lo que no hace falta una iniciación temprana. Sin embargo, sí es necesario evaluar adecuadamente cuándo tienen que usar medios digitales, durante cuánto tiempo y cuál será el periodo necesario para el aprendizaje. Parece mucho más lógico esto que darles un smartphone cuando nacen para no tener que enseñarles nada después.
Llegados a este punto no puedo dejar de pensar qué opina de esto la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León. ¿Debemos ir al colegio cuando nos pongamos malos a preguntar a los docentes si hacemos caso al médico? Quizá nos recomienden una pantalla para aliviar nuestro mal.
Me viene a la mente una cita atribuida a Bertol Brecht que leí hace tiempo:
“Bárbaro en quien cree en la barbarie”
De simple que es la frase cuesta entender su profundidad. Hasta que alguien se empeña en darte detalles.
Llega uno a plantearse, ¿qué hace la fiscalía de menores? Primero se arrasan los derechos digitales de los menores y ahora se relega su derecho a la salud a un (al menos) segundo plano. Y parece que no pasa nada. Si todas las consejerías de educación no toman cartas en el asunto habrá que ver qué opina la fiscalía. No nos dejan otro remedio.
La sociedad civil debe enfrentarse a esta barbarie sin sentido. Ya no es solo una cuestión de competencias. Es una cuestión de inacción administrativa total en algunos territorios. Si permitimos así que priven de derechos tan básicos como la salud a nuestros hijos, ¿qué será lo siguiente?
Por último, terminaré esta exposición con dos notas.
Primero y más importante. En esta misma comunidad autónoma hay centros que sí saben cuál es el problema y no emplean pantallas de forma que se incumplan las recomendaciones de la AEP, por ejemplo. También hay otros que ante la avalancha de información que existe desde hace meses en España están replanteando el uso de pantallas y dispositivos que se realiza en los centros, mostrando una actitud responsable y preocupada hacia sus alumnos.
Segundo y último, un guiño simpático a quien nos preguntó si queremos parecernos a la aldea de Astérix y Obélix.
Es evidente que cuando alguien tiene que realizar una exposición y tiene argumentos sólidos con los que hacer su puesta en escena no necesita recurrir a la ridiculización ni la comparación humillante de quienes piensan de otra manera. Esas comparaciones con Sócrates o Don Quijote son tan inadecuadas como innecesarias, insisto, cuando se tiene argumentos sólidos a los que prestar atención.
Sin embargo, la comparación con la aldea de los irreductibles galos de Uderzo y Goscinny parece indicar algo diferente. Se dice que ¿la aldea está aislada? Cualquiera que haya leído más de tres viñetas de este simpático cómic sabe que sus protagonistas viajan a sus anchas no solo por media Europa sino también a destinos mucho más lejanos como Egipto o India. Cabe mencionar aquí, por cierto, que Michel Desmurget califica de rico el léxico de este cómic (frente a la pobreza del léxico de los medio audiovisuales) y, por tanto, lo propone como un más que interesante medio de iniciación a la lectura para aquellos niños que prefieran este género a la prosa.
La Fábrica de cretinos digitales. Desmurget, M (2020). Ediciones península. Pág. 278.
En definitiva, todo esto nos confirma que, por encima de un nivel básico, que se construye oralmente en las primeras etapas de la vida, es a través de los libros (y solo a través de ellos) como el niño podrá enriquecer y desarrollar plenamente su lenguaje. Hay un interesante estudio en este sentido605 que demuestra la excelente «relación calidad-precio del libro si es que se puede hablar en estos términos en el caso de los niños de quinto de primaria.
La Fábrica de cretinos digitales. Desmurget, M (2020). Ediciones península. Pág. 350.
En caso de que los libros le parezcan demasiado áridos, no dude en recurrir a los tebeos: algunos de ellos tienen una riqueza creativa y lingüística asombrosa. *
* Yo no soy especialista en esta materia, pero a mi hija le encantaba Astérix , por ejemplo.
De hecho el comentario obvia uno de los argumentos centrales del cómic. La poción mágica que mantiene a los habitantes de la aldea gala libres de la invasión que sufre el resto de la Galia. Es cierto que aquí podemos hacer una analogía: la poción mágica que conocemos y proponemos para que nuestros niños eviten los problemas de la invasión tecnológica y que está formada por los siguientes ingredientes, entre otros:
Muchas gracias por leer el articulo completo.
How to hold a pen en openclipart.org
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