Publicado: 19 de noviembre de 2023.
    
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APRENDERÉ SOBRE PRIVACIDAD:

Ghost Work. How to stop Silicon Valley from building a new global underclass.

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AUTOR: Mary L. Gray and Siddharth Suri.

GÉNERO: divulgación.

EDITORIAL: Mariner.

EDICIÓN: 2019.

IDIOMA: inglés.

Nº PÁGINAS: 254.

LAS CITAS: página 9 del libro y página 12 de la guía de lectura del libro.

“Hoy por hoy, todo el mundo [que realiza trabajo fantasma (ghost work)] lo está haciendo fuera de las clasificaciones legalmente definidas que tenemos para trabajo. Esto es, no hay leyes que gobiernen quién cuenta como empleador o como empleado en ghost work. Y no está claro en qué lugar se encuentran las plataformas [digitales de ghost work], que son los lugares donde los trabajadores acuden a encontrar trabajo. Pero está claro que las plataformas se han convertido en los lugares de empleo de facto de trabajo bajo demanda.”

“Solamente el 4 por ciento de los trabajadores de MTurk tienen suficiente habilidad, práctica y suerte para ganar más de 7.25 $ a la hora realizando tareas.”

En el caso de Ghost Work no vamos a hablar de privacidad. Sin embargo, el tema del libro me parece suficientemente trascendental como para hacerle un hueco en esta sección. Además, hay ciertas cuestiones de fondo que encajan perfectamente con la defensa de la privacidad.

Ghost Work es el resultado de una concienzuda investigación sobre las condiciones de trabajo de las personas que se encuentran detrás de la mayor parte de las inteligencias artificiales (IA) presentes en cada vez más aplicaciones y servicios digitales. Desde un motor de búsquedas al servicio de validación que verifica que que un conductor de Uber es la misma persona que se dio de alta originalmente en su cuenta.

Esta obra tiene un gran valor al sacar a la luz las condiciones de trabajo de aquellos que hacen posible el correcto funcionamiento de muchos algoritmos de IA, allí donde ésta no pueden dar una respuesta correcta o una interpretación adecuada a los datos que recibe.

Ghost work nos explica cómo en los procesos de funcionamiento de la IA suele haber siempre un concepto denominado “human in the loop”, una ayuda humana allí donde la IA no es capaz de gestionar adecuadamente una cierta información.

Human in the loop, esquema de funcionamiento.

Esto pone de manifiesto que ese concepto tan elegante como eficiente que nos han vendido, la IA, es capaz de realizar de una forma muy rápida procesos repetitivos que a los seres humanos con nuestra capacidad de cálculo limitada nos llevaría mucho más tiempo. Sin embargo, si la IA se enfrenta a datos para los que no está entrenada solo pueden pasar dos cosas. O bien dará una respuesta errónea ante esa información que no sabe gestionar o bien no podrá dar una respuesta. En cualquiera de los dos casos los programadores de la IA, conscientes de sus limitaciones (más vale) introducen en el diagrama de flujo de sus aplicaciones (el circuito por el que pasa la información en función de determinadas situaciones) un camino alternativo. De esta manera si la IA se enfrenta a datos para los que no está entrenada directamente pasa la tarea de su gestión a otro punto del flujo de datos denominado “human in the loop”.

El concepto del humano en el esquema de gestión de los datos (o humano en el bucle, como queráis llamarlo), así expuesto, es fácil de entender. Por ejemplo, una IA está etiquetando fotos de animales. De repente aparece una imagen de un dinosaurio. La IA no sabe qué hacer con eso, así que se lo pasa al “human in the loop” para que decida si eso es un animal o no.

La siguiente cuestión es: si la IA hace su trabajo de forma automatizada, ¿cómo se automatiza la transferencia de tareas que la IA no puede gestionar a personas que sí lo hagan? Y lo que es más complicado, en algunos casos la respuesta del humano debe ser rápida porque a veces la aplicación que está haciendo la tarea no puede tardar mucho en responder a la persona que la está usando. Un ejemplo de este último caso sería la aplicación de Uber donde un conductor se toma una foto por la mañana al subirse al coche y la aplicación debe verificar si esa persona es la misma que se dio de alta con su perfil el primer día de trabajo. La cara de una persona puede variar lo suficiente como para que una IA no sea capaz de resolver el trabajo (al menos en algunos casos) y necesite la ayuda de un humano que tome la decisión. En este caso el conductor necesita una respuesta relativamente rápida (pocos minutos ya sería mucho tiempo).

Por tanto, ¿cómo se automatiza esa transferencia de tareas? Pues a través de aplicaciones que están disponibles en Internet donde las personas que necesitan a los humanos que ayudan a las IA ponen las tareas a resolver y los humanos que quieren realizar esas tareas como trabajo optan a ellas para resolverlas.

Hasta aquí nada extraordinario. Lo que estamos expresando es algo así como una serie de “agencias de trabajo” completamente automatizadas. ¿Cuál es el problema entonces?

El problema radica en que las leyes que regulan el trabajo en Estados Unidos se elaboraron hace varias décadas, con tremenda dificultad e intencionadas lagunas que dejaban ciertos casos sin una regulación explícita. Por resumir el caso, la cuestión es que las personas que están disponibles en esas plataformas para resolver los trabajos que aparecen en ellas no se consideran legalmente trabajadores de la empresa que ha creado la aplicación donde encuentran las tareas a resolver. En muchos casos esas aplicaciones son la única fuente de ingresos de familias enteras pero la falta de regulación sobre este tipo de trabajo les deja sin ningún tipo de derecho.

No todas las plataformas son iguales, algunas han llevado a cabo acciones que reconocen el trabajo de las personas que resuelven los trabajo y que mejoran sus condiciones. Algunas en lugar de impedir la comunicación entre los trabajadores se han dado cuenta de lo beneficiosa que es y la fomentan.

Por contra existen otras, entre las que destaca Amazon MTurk, que los mantienen en un estado de absoluta carencia de derechos y recursos llegando incluso a suspender sus cuentas sin una justificación clara que lo motive. Y, por supuesto, esas personas no tienen ninguna manera de quejarse ni pedir explicaciones.

Las personas que han formado parte del estudio están situadas en Estados Unidos e India.

A estas alturas ya deberíamos tener claro que para algunas empresas las declaraciones de buenas intenciones en materia laboral o medioambiental no son más que un vago lavado de cara que emerge rápidamente tras cualquier búsqueda de información. Las prácticas llevadas a cabo por muchas empresas que ofrecen servicios de trabajo bajo demanda, con términos como crowdsourcing, microwork o crowdword, ponen de relieve también la diferencia entre intenciones manifestadas a bombo y platillo (incluso mediante anuncios en televisión) y la realidad consumada.

Para añadirle más hierro al asunto, las estimaciones sobre los puestos de trabajo presenciales que se sustituirán en el futuro próximo (este proceso ya está en marcha) por puestos de trabajo que entran dentro de la categoría de ghost work o trabajo fantasma, expresan cifras alarmantes si tenemos que asumir el cambio de condiciones de trabajo a las que se van a ver sometidas estas personas. Personas que pueden ser conocimos, amigos o incluso familiares nuestros. O incluso nosotros mismos. En definitiva personas, aunque sean completos desconocidos, que siguen siendo personas. Personas como nosotros.

Si has leído hasta aquí y no llama la atención el asunto sobre el que versa el libro no creo que más detalles al respecto vayan a cambiar eso. Por tanto, no voy a destriparlo aquí detalladamente.

Si por el contrario sientes que empresas como Amazon tienen ingresos suficientes como para garantizar unos derechos mínimos a cualquier persona que realice trabajos para esa empresa y que deberían tener algún tipo de código de buenas prácticas con sus trabajadores, entonces te recomiendo que leas el libro.

Leyendo el libro no solo se entiende mejor cómo funciona este mundo nuevo en el que nos venden tanta IA que parece que va a arreglar todos los males del mundo. Sin humanos la IA no es más que otro programa con limitaciones sublimes. Además, verás qué empresas son las que explotan sin ningún tipo de misericordia a personas que generalmente viven en situaciones económicas complicadas.

Y, sobre todo, entenderás que tú también puedes ayudar a cambiar esta situación tan deplorable. Nosotros, los consumidores y usuarios, podemos decidir qué empresas usamos y cuáles no. Dónde compramos y dónde no. Que políticas empresariales queremos apoyar como consumidores y usuarios y cuáles no.

La IA nos va a acompañar mucho tiempo. Y con ella habrá siempre gente que resuelva lo que la IA no puede resolver, que aporte la creatividad que la IA necesita para seguir avanzando.

Leer este libro es un acto de responsabilidad como consumidor y como defensor de los derechos laborales de cualquier persona.

Si eres empresario y utilizan plataformas como Amazon MTurk, Microsoft UHRS, CrowdFlower (ahora conocida como Figure Eight) u otras plataformas de crowdsourcing y sientes algún tipo de preocupación por los derechos laborales de las personas que trabajan en tus proyectos, te recomiendo encarecidamente que leas este libro.

Con respecto a la lectura del libro he de mencionar un detalle que para algunas personas puede ser importante. El libro solo está disponible en inglés. O al menos yo no he sido capaz de encontrarlo traducido al castellano. Lo cierto es que, para ser un libro de divulgación, el inglés de este libro no es precisamente el más fácil que me he encontrado. Si no tienes, al menos, un nivel de inglés medio-alto puede ser una lectura ardua. Personalmente, es el libro de divulgación que más me ha hecho usar el diccionario y hay alguna expresión concreta que no he podido traducir claramente. No obstante, el hecho de que haya 2 ó 3 cosas concretas difíciles de traducir no dificulta para nada el entendimiento del libro.

Para aquellos a los que les gustaría leer el libro pero no quieran invertir tiempo en leer sus 200 páginas de texto (el resto son citas, notas y bibliografía como todo buen estudio debe contener) pueden descargar de forma gratuita la guía de lectura del libro con la información clave directamente desde la página donde los autores publicitan el libro:

Personalmente me gustaría felicitar a los autores por este magnífico trabajo. Por el esfuerzo de llevar el contenido de su investigación al público general. Por darnos la oportunidad de adquirir criterios para decidir que prácticas laborales queremos fomentar como consumidores y usuarios.

Llevo tiempo elaborando criterios para decidir a qué empresas apoyo en muy diversas áreas. Sin duda ahora tengo más herramientas para contribuir a la eliminación de los abusos laborales en mundo digital.